viernes, 26 de noviembre de 2010

Capítulo IV - El acorazado Unión

Luego de dejar la cápsula de escape en la que había huido Amanda Gubbins en el hangar de El Depredador, la nave remolque salió con rumbo a la cápsula de Alex. La nave con el muchacho se había alejado varios kilómetros de ambas naves, y podría decirse que prácticamente estaba fuera del sistema Otrag.
El piloto de la nave remolque, un zaltano de color celeste, tenía ya la nave de Alex a distancia de tiro cuando una gigantesca nave salió del hiperespacio cerca de él. El acorazado Unión, de más de un kilómetro de largo arrolló a la nave sin sentir el impacto.
En el puente del acorazado el capitán de navío Cort Olathe estabaa cargo de la nave. Olathe era un jenello, que medía un metro noventa de altura. Los jenellos eran muy parecidos a los humanos, pero se diferenciaban
de estos por tener en la cabeza dos grandes lóbulos, en cada uno tenían un cerebro, y los machos poseían una gran cresta roja en el medio de ambos. Una mata de pelo blanco le cubría la nuca.
-Parece que llegamos a tiempo -comentó el capitán al ver ambas naves aún en el sistema.
-No sé que tanto, capitán -comentó Lorena Fox, una humana de piel morena y cabello negro ondulado, 1uien era la piloto de la nave-.
Los piratas se han acoplado a la nave.
-Entonces preparémonos a abrir fuego.
La capitana de fragata Dagna Ghio, giró en su asiento y miró fijamente al capitán Olathe. Ghio era una hembra tudio, tal vez la raza más parecida a los humanos, salvo por su cabeza calva un poco puntiaguda
con manchas marrones y sus orejas algo grandes y caídas.
-Capitán -dijo finalmente-, podemos dañar al Aventura, creo que debemos enviar al comandante Remy y a sus hombres.
-Es lo mejor, Dagna, por favor procede.
Dagna pulsó una secuencia de números y la imagen de un humano de pelo corto y cejas anchas apareció en la pantalla.
-Diga, capitana Ghio.
-Comandante Remy, por favor salga con un grupo de cazas y corten el paso de los piratas.
-Enseguida, capitán.
La compuerta inferior del acorazado Unión se abrió y doce cazas A-16 salieron de su interior. Los cazas A-16 eran prácticamente un ala triangular, estaban impulsadas por tres motores de fusión y tenían dos cañones láser en los costados y un cañón de misiles en la punta, la cabina era de transpariacero polarizado
...
Un par de cazas fueron alcanzados por el fuego pirata, explotando en una bola de fuego que fue sofocada rápidamente por la falta de aire.
-No dejen que se escape -ordenó Olathe desde el puente del Unión.
Los cazas volvieron a pasar por la superficie de El Depredador, destruyendo otros tres cañones de plasma y cuatro cañones láser. Los motores del depredador se encendieron a máxima potencia y se abrieron varias escotillas en la parte trasera de la nave, soltando miles de diminutas minas magnéticas. Un par de cazas explotaron al chocar con las minas.
-Abandonen la persecución -ordenó Remy a sus hombres-, capitán Olathe, se nos escaparon. Han soltado minas, no hay mucho por hacer.
Olathe vio con impotencia como la nave pirata se alejaba cada vez más y luego desaparecía al dar un salto hiperespacial.
-Regrese a la nave, comandante Remy -el jenello se dejó caer en su asiento.
Remy y sus hombres regresaban a la nave cuando los instrumentos del comandante indicaron algo.
-Capitán Olathe, aquí Remy, he captado una cápsula de emergencia con señales de vida, al parecer pudimos salvar a alguien.
La nave de Remy se acercó a la cápsula donde Alex miraba por la ventana, el comandante vio la cara de Alex y se sorprendió.
-Es un niño, capitán, está solo. Procederé a remolcarlo a la nave.
-Al menos salvamos a uno -dijo en voz alta Olathe

jueves, 25 de noviembre de 2010

Capitulo II - El Depredador

Habían dos palabras que producían escalofríos y despertaban los más profundos temores, aun en el más recio de los navegantes espaciales:"El Depredador" y "Nerug".
Para los navegantes espaciales esas palabras significaban dolor, pérdidas y muerte o incluso algo peor. ¿Algo peor que la muerte? Esclavitud.
Cientos de historias contaban cómo la legendaria nave El Depredador y su cruel capitán Nerug, habían abordado innumerables naves de carga y pasajeros, y se habían llevado toda la carga y muchas veces a los tripulantes y a los pasajeros. Cuando una persona caía en manos de los piratas era muy poco probable que se volviera a saber de ella.
...
Una nave tan monstruosa necesitaba un capitán a su medida, y Nerug lo era.
El capitán Nerug era un mumatzo, una de las especies más raras de la galaxia y una de las más peligrosas. Los mumatzos machos por lo general pasaban los dos metros de altura y pesaban alrededor de trescientos kilos, tenían ojos pequeños y una gran boca llena de diminutos pero afilados dientes. Sus brazos eran algo cortos y delgados,y terminaban en manos con cuatro dedos dotados de largas y filudas garras. Las piernas eran gruesas y sus pies grandes, por lo que podían dar saltos muy largos. Además los mumatzos poseían una gran cola, la que frecuentemente usaban como arma. Esta no era una cola delgada que usaban como látigo, era una gruesa cola capaz de partir en dos la columna de su oponente.
Como todo pirata que comienza como un simple tripulante y luego va ascendiendo, el cuerpo de Nerug estaba lleno de cicatrices, algunas más grandes que otras. Además, producto de una explosión durante un fallido abordaje años atrás, Nerug había perdido el ojo y el brazo del lado derecho, pero no llevaba un parche y un garfio como los antiguos piratas de mar. Llevaba prótesis cibernéticas. Su ojo derecho ahora era un potente telescopio, que le permitía aumentar las imágenes y captar fuentes de calor. Su brazo mecánico era ligeramente más grande que su brazo original, y tenía un par de armas ocultas en él. Ambas prótesis eran de oro puro, cuyo brillo contrastaba con su piel rugosa de color marrón.
...
Al ver que los piratas habían enviado cazas contra ellos, el teniente Olav ordenó que los cañones láser apuntaran a las pequeñas naves. Una lluvia de rayos verdes se dirigió al encuentro de los caza avispa, pero
estas naves eran sumamente ágiles y esquivaron el ataque.
-Esto no va a funcionar -dijo Olav-. Centren todo el fuego en un caza a la vez -ordenó a sus hombres.
El cambio de táctica dio resultado. Uno a uno los caza avispa fueron destruidos. Por primera vez desde que le avisaron de los piratas el teniente se permitió sonreír, pero la alegría no duró mucho. Aprovechando
que se habían concentrado en los cazas, El Depredador se había posicionado en ángulo de tiro y un potente disparo combinado de seis cañones de plasma penetró el escudo del Aventura IV y destruyó el motor superior de la nave.
-¿Alguien puede decirme que fue eso? -preguntó el teniente Bly en el puente del Aventura IV.
-Nos han dado en un motor teniente Bly -respondió Patricia Bragagnini.
-¿Podemos dar el salto desde aquí señorita Bragagnini? -el tono de Bly dejaba sentir preocupación.
-Imposible sin terminar en medio de una estrella o chocando contra algo señor.
-Entonces déle máxima velocidad, con tres motores tenemos...
Bly fue interrumpido por otro remesón. Iba a preguntar cuando un tercer remesón y luego un cuarto dejaron inmóvil la nave.
-Señor, ya no tenemos motores -Bragagnini estaba al borde de las lágrimas.
-Ojalá la ayuda llegue pronto y Olav pueda mantenerlos a raya hasta entonces.
El Aventura IV flotaba inmóvil en medio del espacio.

Capitulo I - El Aventura IV

La nave espacial Aventura IV atravesaba velozmente el hiperespacio impulsada por sus cuatro potentes motores hiperespaciales. Era una nave de gran tamaño, medía seiscientos metros desde la punta hasta los motores, pintada de color gris acero con su nombre inscrito en grandes letras negras a los costados.
El destino final de la nave era el sistema Atseut, ubicado en los límitesde la Confederación de Sistemas, en el llamado anillo exterior. Atseut era un sistema recientemente colonizado y el Aventura IV llevaba carga y pasajeros a ese remoto lugar. Los pasajeros eran colonos espaciales quienes,a pesar de las diferencias tecnológicas y de distancia, tenían los mismos sentimientos de los antiguos colonos al dirigirse a tierras lejanas, dejando la antigua vida atrás y esperando una mejor en los nuevos territorios.El capitán de la nave era un humano de poco más de sesenta años.Tenía aspecto de abuelo bonachón, con su cabellera blanca y su barba de igual color, pulcramente recortados. Eric Breg, ese era el nombre del capitán de la nave, estaba sentado en el puesto de mando en el puente del Aventura IV. Miró a su tripulación, que era una mezcla de seres de diversos aspectos, mientras quienes trabajaban en silencio.
El segundo oficial era el teniente Bly, un ser de color verde oliva y cabellera verde oscuro, con enormes ojos color naranja. Medía casi dos metros de alto y era de la raza zaltana.
. . .
En el camarote veinticinco de la cubierta de primera clase viajaba la familia Gubbins. Daniel, el padre, tenía treinta y cuatro años y era ingeniero de energía. Había sido contratado por la empresa generadora de energía de Atseut III como director del proyecto de la construcción de la nueva central que iba a abastecer a Ciudad Central y cuando el proyecto terminara sería el director de operaciones de la planta de generación de energía más importante del anillo exterior. La oportunidad era de esas que se presentan solo una vez en la vida y no dudó en aceptarla, a pesar que significaba tener que mudarse al otro extremo de la confederación.
Amanda, la madre, era dos años menor que su esposo y tenía una larga cabellera rubia, ojos celestes y la cara llena de pecas. Ella trabajaba como bibliotecaria en la Universidad Kers, en el planeta tropical KersMai, donde vivían. En un principio no estuvo muy convencida de dejar su empleo y a sus amigos para ir a un lugar tan lejano, pero pronto comprendió que era lo mejor para su joven familia.
El pequeño Alex era un niño de seis años, casi siete, de pelo castaño ondulado como el del padre y con los ojos celestes y la cara pecosa como su madre. Era un muchacho bastante despier to y vivaz y le encantaba  la idea de viajar por el espacio y mudarse a una ciudad más grande.
-Papá, ¿cuánto falta para llegar? ―preguntó el pequeño Alex.
-Todavía un poco hijo ―Daniel estaba sentado en el escritorio del camarote revisando algunos planos en su ordenador por tátil― primero debemos salir del hiperespacio en Otrag y luego dar otro salto hasta Asteut, lo que nos tomará un par de días más.
-¿Y es grande ese lugar a donde vamos?
-Es más grande que nuestra antigua casa ―respondió el papá mientras tocaba con la mano un punto del plano holográfico que proyectaba su ordenador y esa sección se ampliaba para mostrar mayor detalle.
...
Alex dejó de ver a su papá y pegó la cara al transpariacero. El gigante planeta celeste era cada vez más grande mientras la nave se acercaba a él. Alex pudo ver las lunas del planeta. Luego de una hora de mirar al
planeta celeste, que cada vez se alejaba más Alex vio algo que le llamó la atención.
-Papi -volvió a decir Alex- he visto otra nave.
-¿Sí? -Daniel arqueó una ceja-. ¿De qué color es?
-Es gris como la nuestra. Está muy lejos y se ve pequeña, pero puedo ver que tiene un cuadrado negro donde hay un triángulo blanco y una equis blanca bajo el triángulo.
-¿Qué? -Daniel se levantó de su asiento como si hubiese sido empujado por resortes. Corrió hacia la ventana y vio la nave-. No puede ser.
-¿Qué pasa cariño? -Amanda acababa de entrar a la sala del camarote.
-Piratas -respondió Daniel mientras corría al intercomunicador.
-¿Diga? -la imagen de una humana de cabello negro corto apareció en la pantalla del intercomunicador apenas Daniel pulsó el botón de llamada.
...
¿Cómo que estoy muerto? Pensó el makoda. De pronto un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar que los zaltanos producían una saliva tóxica. Trató de llevarse las manos a la cara pero Bly ya le había escupido una saliva verde pastosa que le cubrió toda la cara y entró por la boca, la nariz y los ojos al torrente sanguíneo de Ajnaz. El pequeño alienígena se retorció de dolor mientras caía al suelo. Unos segundos después ya estaba muerto.
-¿Señorita Bragagnini, podemos dar un salto hiperespacial desde aquí?
-Imposible, teniente Bly.
-Entonces regresemos al punto de salto lo más pronto posible. Vector, lanza un mensaje de auxilio, esperemos que alguna nave confederada esté cerca -Bly se sentó en el asiento de Breg y pulsó uno de los botones de comunicación.
-¿Sí, capitán? -era la imagen de Olav.
-Señor Olav, el capitán está muerto y una nave pirata nos sigue ¡Tiene que mantenerlos a raya!
-Entendido, teniente -la imagen de Olav desapareció.
-Vector, por favor transmite la información del radar al sitio del capitán.
-En seguida.
-Señorita Bragagnini, por favor inicie las maniobras para regresar llegar al punto de salto. Vamos a máxima velocidad.
Bly se chorreó en el asiento. Sabía que no tenían muchas esperanzas de escapar. Solo un milagro podía salvarlos.
Pero de una cosa estaba seguro.
Haría todo lo que estuviera en sus manos para salvar la nave.