Habían dos palabras que producían escalofríos y despertaban los más profundos temores, aun en el más recio de los navegantes espaciales:"El Depredador" y "Nerug".
Para los navegantes espaciales esas palabras significaban dolor, pérdidas y muerte o incluso algo peor. ¿Algo peor que la muerte? Esclavitud.
Cientos de historias contaban cómo la legendaria nave El Depredador y su cruel capitán Nerug, habían abordado innumerables naves de carga y pasajeros, y se habían llevado toda la carga y muchas veces a los tripulantes y a los pasajeros. Cuando una persona caía en manos de los piratas era muy poco probable que se volviera a saber de ella.
...
Una nave tan monstruosa necesitaba un capitán a su medida, y Nerug lo era.
El capitán Nerug era un mumatzo, una de las especies más raras de la galaxia y una de las más peligrosas. Los mumatzos machos por lo general pasaban los dos metros de altura y pesaban alrededor de trescientos kilos, tenían ojos pequeños y una gran boca llena de diminutos pero afilados dientes. Sus brazos eran algo cortos y delgados,y terminaban en manos con cuatro dedos dotados de largas y filudas garras. Las piernas eran gruesas y sus pies grandes, por lo que podían dar saltos muy largos. Además los mumatzos poseían una gran cola, la que frecuentemente usaban como arma. Esta no era una cola delgada que usaban como látigo, era una gruesa cola capaz de partir en dos la columna de su oponente.
Como todo pirata que comienza como un simple tripulante y luego va ascendiendo, el cuerpo de Nerug estaba lleno de cicatrices, algunas más grandes que otras. Además, producto de una explosión durante un fallido abordaje años atrás, Nerug había perdido el ojo y el brazo del lado derecho, pero no llevaba un parche y un garfio como los antiguos piratas de mar. Llevaba prótesis cibernéticas. Su ojo derecho ahora era un potente telescopio, que le permitía aumentar las imágenes y captar fuentes de calor. Su brazo mecánico era ligeramente más grande que su brazo original, y tenía un par de armas ocultas en él. Ambas prótesis eran de oro puro, cuyo brillo contrastaba con su piel rugosa de color marrón.
...
Al ver que los piratas habían enviado cazas contra ellos, el teniente Olav ordenó que los cañones láser apuntaran a las pequeñas naves. Una lluvia de rayos verdes se dirigió al encuentro de los caza avispa, pero
estas naves eran sumamente ágiles y esquivaron el ataque.
-Esto no va a funcionar -dijo Olav-. Centren todo el fuego en un caza a la vez -ordenó a sus hombres.
El cambio de táctica dio resultado. Uno a uno los caza avispa fueron destruidos. Por primera vez desde que le avisaron de los piratas el teniente se permitió sonreír, pero la alegría no duró mucho. Aprovechando
que se habían concentrado en los cazas, El Depredador se había posicionado en ángulo de tiro y un potente disparo combinado de seis cañones de plasma penetró el escudo del Aventura IV y destruyó el motor superior de la nave.
-¿Alguien puede decirme que fue eso? -preguntó el teniente Bly en el puente del Aventura IV.
-Nos han dado en un motor teniente Bly -respondió Patricia Bragagnini.
-¿Podemos dar el salto desde aquí señorita Bragagnini? -el tono de Bly dejaba sentir preocupación.
-Imposible sin terminar en medio de una estrella o chocando contra algo señor.
-Entonces déle máxima velocidad, con tres motores tenemos...
Bly fue interrumpido por otro remesón. Iba a preguntar cuando un tercer remesón y luego un cuarto dejaron inmóvil la nave.
-Señor, ya no tenemos motores -Bragagnini estaba al borde de las lágrimas.
-Ojalá la ayuda llegue pronto y Olav pueda mantenerlos a raya hasta entonces.
El Aventura IV flotaba inmóvil en medio del espacio.
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